viernes, 18 de enero de 2008

Intervencion en la reinauguracion del Teatro Cervantes

REINAUGURACIÓN TEATRO CERVANTES
(26 – 2 – 2000)
Hay en la historia de nuestro pueblo momentos que brillan de una manera especial, acontecimientos que se configuran como hitos importantes en el devenir de nuestra comunidad.

Y así lo fueron la puesta en marcha del Motor Resurrección en 1917 o la inauguración de la Ermita en 1953 o el ascenso a Segunda División de nuestro equipo de fútbol en 1963.

Pues esta noche también estamos asistiendo a uno de esos hitos en nuestra historia, porque estamos volviendo a dar vida a un edificio íntimamente ligado al nombre de Abarán, estamos reinaugurando un espacio que ha sido testigo a lo largo de más de setenta años de acontecimientos y gestas artísticas de primer orden.

Porque es un dato históricamente cierto que por este local han pasado los artistas más sobresalientes a lo largo de su vida activa. Y esto ha sido fruto de la ilusión de unas gentes que, por encima de la ganancia económica (que a veces se convertía en pérdida), ponían el orgullo de ser de Abarán y el deseo de que por este escenario desfilara lo mejor.

Esta noche, junto a la celebración festiva, también el homenaje merecido a unos hombres que tanto contribuyeron al engrandecimiento de nuestro pueblo.

Las generaciones que nos siguen no nos hubieran perdonado que abandonáramos a su suerte a este Teatro; nuestros hijos y nietos se merecen que les dejemos esta herencia como uno de los tesoros más preciados de Abarán, como el rodar continuo de las norias, o el placentero paseo por la Ermita o el sonido juguetón del Segura en nuestro Parque.

Ha merecido, pues, la pena el emplear tantos medios materiales y humanos en volver a poner en marcha este Teatro con la misma ilusión con que lo hizo aquel grupo de hombres encabezados por el alcalde José Templado Tornero un 26 de Septiembre de 1926.

Y os invito a revivir con el recuerdo tantos momentos entrañables y tantas personas queridas para las que este local ha sido parte entrañable de sus vidas:
Es noche de festejos y oropeles,
De saludo también, sincero y grato;
Es noche de profundas emociones
Que se anudan en un estrecho abrazo;
Es noche de recuerdos y sentires
Que brotan del ayer encadenados;
Es noche de un presente y de un futuro
Que no pueden desligarse del pasado;
Es noche, en fin, de sueños sin fronteras,
De proyectos y planes inmediatos.

De historia aún rezuman estos muros,
Las butacas, plateas y los palcos.
De éxitos y notas musicales
Palpita silencioso este escenario.
Escenario pequeño y entrañable
Que ha albergado tantas risas y quebrantos.
Actrices y galanes de renombre,
Barítonos, tenores y sopranos,
Cupletistas, vedettes, bailarinas...
Lo mejor de su arte aquí han dejado.

Constantino Carrillo en el recuerdo,
Y Segis, Valentín, Perseverando,
La estampa de Joaquín de Peñaleja
Y la voz de Juanita de Templado,
Mercedes Caballero y Consuelín
Y Gandi los domingos al piano,
Paco Morales, Eladia, Picolino
Y Adrián con impulso apasionado,
Y La Ecléctica y Humberto, siempre Humberto,
Y el Leo y Currito y tantos, tantos...
Que harían el poema interminable
Y tedioso y cansado su relato.

¡Cuánta pasión jovial y transparente
entre escenas de cine americano!
Casablanca, Rebeca, Rita Haywhort,
Marylin o Tarzán, ¡qué buenos ratos!
¡Cuántos recuerdos, Señor, cuántas vivencias
y caricias y tímidos abrazos,
y “tequieros” en frágiles susurros
y miradas de amor en los descansos.
¡Cuántas huellas de vida en esta sala!
¡Cuánta historia, Señor, tiene el Teatro!

(



PRESENTACIÓN DE MARIA JOSÉ MONTIEL

¿Cómo podría yo convenceros de que cuando yo digo que es para mí un orgullo presentar esta noche a María José Montiel no son palabras frías de pura cortesía, sino que salen del corazón?

Tal vez sólo lo saben mi familia y mis compañeros de LA NORIA. Mi familia, porque, en nuestra casa, tenemos en lugar preferente su foto dedicada y porque hablamos de ella como si fuera una más . Y no quiero decir nada si un día sale en televisión, ese día es fiesta familiar.

Y respecto a LA NORIA, porque he de reconocer que, aunque siempre defiendo el que en este periódico no hay consignas, reconozco que sí hay una, que es estar pendientes de cualquier novedad en la carrera artística de esta soprano. Y circula entre nosotros un lema que dice: “No hay Noria sin la Montiel”

¿De dónde me viene a mí la admiración por esta mujer? Pues la realidad es que se fraguó en apenas cinco minutos y en tres fases.

Cuando cantó por primera vez en este escenario, colaboré en la organización, junto a su primo Antonio Francisco, y cuando vine por la tarde un poco antes de comenzar el recital, oí su voz desde dentro del camerino, después salió y tuve ocasión de verla y saludarla por primera vez.

Y he de confesar que cuando la oí, aún sin verla, me cautivó su voz; cuando la vi, me admiró su elegancia y, cuando la traté, me maravilló su sencillez.

¡Qué difícil es conjugar estas tres cualidades que reúne nuestra soprano! Por todo ello, creo que se puede afirmar que es un orgullo para Abarán el que hoy protagonice esta reinauguración.

Mª José Montiel tiene la mitad de sangre abaranera y, haciendo honor a ello, se mueve por Europa y el mundo como Juan por sus viñas, al igual que lo hacían nuestros antecesores en el negocio de la fruta.

María José Montiel comparte también con nosotros esa ausencia de doblez y esa transparencia con la que damos y nos damos. Y su presencia aquí esta noche es una buena muestra de ello.

Junto a ella, esta noche, un pianista con apellido que ya suena a música, pero con un prestigio personal ganado por méritos propios, Fernando Turina, un hombre que quizás nunca había oído hablar de este pueblo pero que esperamos que no sea esta la última vez que pise nuestro escenario.

Pues, en conjunción perfecta, suenen ya, en esta noche entrañable, la música de Turina y la voz de la Montiel.
A MARIA JOSÉ MONTIEL

Tu cadencia de notas y armonía,
Producto de vigilias y desvelos,
Es caricia de espíritus turbados,
Reflexión, lucidez, febril anhelo.

Remolinos de arte y elegancia
Con tu voz diseminas por el viento,
Y arrebatas con fina sutileza
Voluntades, corazones, sentimientos.

Puerta del Sol, Cibeles, Castellana,
Era y Parque y Ermita con Paseo,
Acrisolan tu férrea disciplina
Con la impronta indeleble del acero.

Estampas de niñez, de tierna infancia,
Cosidas con la aguja del recuerdo.
Derroche de inocencia en patio grande
Y, en medio, la figura del abuelo.

Porque riega tus venas esta tierra
Que se entrega y se ofrece por entero,
Recibe hoy con cálida emoción
El cariño y aplauso de este pueblo

JOSE S. CARRASCO MOLINA
Abarán, 26 de Febrero de 2000

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